Si hay algo que tenemos en el mundo profesional son mitos sobre el ABA, mitos que posicionan a esta intervención como cerrada, estructurada, inflexible y muchas otras cuestiones más.
Empecemos por saber que los mitos muchas veces vienen de la mano del desconocimiento. Entonces conozcamos para poder empezar no solo a derribar mitos, sino a aprender sobre este modelo de intervención que es muy útil y eficaz, que se ajusta a diferentes individuos, áreas y ámbitos.
Un mito muy conocido es que se hacen "robots" porque las estrategias son rígidas y repetitivas, generando aprendizajes rígidos y repetitivos. ¡¡¡FALSO!!! En el ABA tenemos ciertas estrategias de enseñanza, como el ensayo discreto que requiere de dividir una habilidad en partes y enseñar cada parte por separado, construyendo así poco a poco esa habilidad. Desde luego en cada parte o ítem, nos detenemos hasta su logro y recién pasamos al siguiente ítem. Pero hay dos instancias fundamentales que se deben planificar en este proceso y es la rotación de ítems logrados y finalmente la generalización de la habilidad y sus componentes. Esto sería lo que cambia esa situación de rigidez y repetición a una de flexibilidad y espontaneidad. El problema no es el ABA, sino que no se llevan correctamente adelante las técnicas.
¡Vamos por un mito más! El uso de "premios y castigos". En el ABA estamos muy lejos de usar premios para convencer a los individuos o castigos para intimidarlos y que dejen de "portarse mal". En el ABA utilizamos estrategias derivadas del Condicionamiento Operante como es el Reforzamiento Positivo, que implica la inclusión de un agradable en la consecuencia de la emisión de la conducta, logrando así que se aumente la probabilidad de su reemisión. En instancia de terapia lo hacemos artificialmente, evaluando los reforzadores/agradables que tiene el paciente. Pero en la vida real estos procesos se dan naturalmente y así vamos adquiriendo nuevas conductas que se mantienen en el tiempo. ¡Ojo! No todas las conductas que adquirimos por Reforzamiento Positivo son apropiadas, algunas son verdaderamente inapropiadas, pero es la vida misma. Desde ya en una instancia terapéutica esto se utiliza solo para aumentar conductas en déficit o inexistentes, que realmente por cuestiones de desarrollo, sociales o personales es necesario aumentar.
¿Y los castigos? Inicialmente deben saber que hace ya muchos años que en los tratamientos ABA el castigo no es una estrategia muy utilizada, ya que existen otras no basadas en castigo para lograr disminuir conductas, como por ejemplo la extinción (para la cual haremos un artículo aparte). Pero para que nos quede claro el Castigo Positivo no es otra cosa que la incorporación de un aversivo en la consecuencia de la emisión de la conducta. Los aversivos existen en la vida, y no solo son agresiones físicas o verbales. Es aversivo cualquier estímulo que no nos gusta, que nos desagrada, que nos da repulsión. Piensen!! ¿cuántas cosas nos son aversivas? comidas, personas, gestos, olores, objetos, situaciones, etc. Así que no necesariamente el Castigo Positivo es algo tan malo, solo que la Ciencia de la Conducta a logrado llegar a la conclusión que es mejor trabajar en aumentar y mantener conductas apropiadas y funcionales (por medio de Reforzamiento Positivo y estrategias de enseñanza), que disminuir o hacer desaparecer conductas inapropiadas (por medio del Castigo Positivo).
Para terminar este artículo de hoy les diré que hay más estrategias para nombrar, y para derribar los mitos que se han creado a su alrededor. Pero me parece que por hoy ya fue suficiente.
Por la Lic. Gabriela Villadeamigo
¡Nos leemos en la próxima entrega!
