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La importancia de las emociones del niño en la intervención clínica neurocognitiva.

La importancia de las emociones del niño en la intervención clínica neurocognitiva.

Interesante artículo de nuestra especialista en evaluación, Lic. Nora Centurión. Imperdible!!!

La importancia de las emociones del niño en la intervención clínica neurocognitiva.

Las emociones se pueden definir, como cualquier estado de alteración que impregna tanto la mente como el estado del organismo, produciendo por ejemplo excitación o inhibición. Por lo tanto, constituyen un mecanismo de alarma que se hace presente ante una situación de peligro, estrés o alerta. Siempre, toda persona, está sometida a una constante actividad emocional. La expresión de la emoción tiene una función adaptativa, por ejemplo, en el niño pequeño se puede observar, según Berk (1999) que:

  • Alegría e interés= prolongan la interacción
  • Malestar o dolor= atraen a otra persona para cambiar la situación
  • Enfado o enojo= motivan a detener la actividad
  • Tristeza= promueve el consuelo
  • Miedo= promueve la protección

Hasta aquí, se observa que cada emoción tiene su circuito de funcionamiento y, las relaciones subjetivas ante las experiencias se asocian a cambios fisiológicos o de comportamiento.

Damasio, (1999), expresa que las emociones primarias son alegría, tristeza, miedo, ira, sorpresa y, que las emociones secundarias o sociales son la vergüenza, celos, culpa, orgullo. Si bien, las emociones primarias son respuestas programadas genéticamente, es decir, el cerebro está preparado para dar respuesta emocional de manera preorganizada, ante percepciones de cualidades generales de la experiencia sensorial. También la estructura del cerebro y, los sistemas de regulación están profundamente influenciados por:

-La calidad de la relación temprana

-La presencia de la madre o cuidador, como regulador de los sistemas fisiológicos básicos

Por lo tanto, la primera función que cumple la madre es la de reguladora emocional y de estados fisiológicos del bebe. La regulación emocional, es definida por la neurobiología, como la capacidad para mantener un óptimo estado de activación del sistema nervioso central. Y se entiende finalmente que la regulación afectiva y, el tono de las emociones dependerá de la capacidad materna para el reconocimiento del estado afectivo de su hijo. Entonces aquí, el adulto participa también con sus propias emociones en la relación con el niño, que se ponen en juego en la interacción y, que no siempre está dispuesto emocionalmente para brindar la respuesta apropiada. Así mismo, las emociones secundarias (Berk, 1999) poseen un carácter social y cultural, sentir vergüenza, orgullo, por ejemplo, va a depender más del contexto social de aprendizajes del niño. Aun así, los logros evolutivos que inciden en el desarrollo de la regulación emocional están ligados a:

-control atencional

-conciencia de sí mismo

-lenguaje

-juego simbólico

-avances cognitivos (funciones)

-comprensión de las reglas y normas morales convencionales

En consecuencia, la emoción está presente en todos los procesos mentales. Ella es la energía que lidera, organiza, amplifica o atenúa la actividad cognitiva, a su vez es, la experiencia y la expresión de esa actividad (Damasio, 2000). Por lo tanto, la comunicación emocional y, sintonización afectiva se convierten en el medio a través del cual se desarrollan las capacidades cognitivas (Seigel, 2007).

Cuando las emociones son negativas, es probable que esto ocasione daños psicológicos en los niños; por ejemplo, el miedo y la ansiedad, muy comunes en situaciones escolarizadas, pueden generar además cambios fisiológicos, llegar a presentarse en altas intensidades, causando angustia y temores. La ansiedad y el miedo, si se mantienen en el tiempo, limitan el aprendizaje y, afectan la capacidad de pensar. Por ejemplo: en los ambientes escolares estresantes, que se manifiestan durante el periodo sensible del desarrollo cerebral, generalmente pueden producirse marcas significativas a nivel neural, tanto de producción sináptica como, de construcción de esquemas mentales, que inciden en el desarrollo de habilidades cognitivas. Ledoux, (1999) explica que todo ser humano ante una emoción, siempre ofrece respuestas variadas que marcan su singularidad. Las mismas están relacionadas con la edad, las experiencias previas, las posibilidades de interacción y los aprendizajes; esto le permite al niño afrontar la situación, huir o paralizarse.

El autor agrega: “de hecho las emociones producen cambios tanto internos como externos, determinan respuestas físicas, provocan diferentes estados a nivel orgánico, emocional y comportamental” (Ledoux, 1999). En efecto según Gluck las emociones están compuestas por tres componentes:

-Respuestas fisiológicas

-Respuestas conductuales manifiestas

-Sentimientos conscientes

Si bien, cada componente puede influir sobre los otros, las respuestas emocionales pueden ser aprendidas; las principales emociones: felicidad, miedo y enojo son universales, pero su manifestación es influida por la cultura (Gluck, 2009).

Además, se distingue que emoción y sentimiento son distintos, este último es el resultado de una emoción, sería el vehículo que utiliza la emoción para expresarse (Kandel, 2001); y el sentimiento aparece primero a la luz de la mente, aunque es un reflejo especular de un estado originario que lo precede, que es la emoción (Damasio, 2005).

Entonces, la emoción desde su origen más simple, responde a reflejos automáticos básicos. El estado más complejo de emociones propiamente dichas (alegría, pena, orgullo, vergüenza, simpatía, miedo, sorpresa, entre otros), genera patrones propios de la experiencia, aunque el aprendizaje puede regular el modo en que dichos patrones se activen. De todos modos, el conatus, término utilizado por Damasio (2005), define disposiciones establecidas en los circuitos cerebrales, que siempre tienden a la supervivencia y el bienestar de la persona.

Dichas disposiciones se determinan a través de un Marcador Somático (MS), que es una señal, un estado somático (soma=cuerpo) que marca. Este MS o sentimiento asociado a una determinada emoción puede servir para eliminar automáticamente acciones sobre las que decidir. Se generan a partir de emociones secundarias y, se conectan mediante el aprendizaje a resultados futuros predecibles. El MS contribuye a optimizar las decisiones y el razonamiento, ya que funciona como una señal de alarma automática ante resultados emocionales negativos (Damasio, 2011).  A partir de la experiencia, entonces, se establecen estructuras específicas frente a situaciones puntuales. Es decir, que determinados estados somáticos se asocian a clases específicas de estímulos.

En síntesis, se produce así una respuesta cerebral neuroquímica, que no es subjetiva, pero está relacionada con la expresión de las emociones. El conatus, refleja aquí, modos instalados de respuesta. Si se produce un input negativo, el M.S. se activa en respuesta de alarma y, si se produce un input positivo, genera un incentivo, para que el input se vuelva a producir (Damasio, 2005). Estableciendo de esta manera una relación con las instancias de aprendizaje, se observa que es en este espacio, donde se produce la posibilidad de cambio y modificación, ya que los MS se crean durante el proceso de educación y, socialización, es decir, las activaciones emocionales más antiguas pertenecerían a la biología básica y, las secundarias pertenecerían al ámbito personal social. Por lo tanto, los MS se adquieren con la experiencia bajo el control de un sistema interno y, bajo la influencia de una serie de circunstancias externas, con los que el organismo tiene que interactuar. Damasio dice, en El error de Descartes, que la acumulación de MS, es un proceso de aprendizaje continuo que dura toda la vida.

Retomando las conceptualizaciones de una autora ya citada, en el siguiente cuadro se visualiza como describe los hitos del desarrollo emocional. Berk (1999)

 

EDAD

EXPRESION EMOCIONAL

COMPRENSION EMOCIONAL

Nacimiento-6 meses

-Están presentes casi todas las señales de las emociones básicas

-Surge la sonrisa social

-aparece la risa

-Las expresiones de felicidad son mayores cuando interactúan con personas conocidas

-la cara, la mirada, la voz y la postura se combinan para formar patrones emocionales diferentes y coherentes que varían significativamente con los acontecimientos sociales

 

7-12 meses

-aumenta la ira y el miedo

-surge la utilización del cuidador como una base segura

-la autorregulación mejora

-surge la habilidad para detectar el significado de las expresiones emocionales de otros

-se desarrolla la referencia social

1-2 años

-las emociones autoconscientes aparecen, pero dependen de la presencia de otros

-aumenta el vocabulario de palabras para hablar sobre los sentimientos

-aparece la respuesta empática

3-6 años

-a medida que la representación y el lenguaje mejoran, se desarrollan las estrategias conductuales activas y las cognitivas para participar en la autorregulación emocional

-surge la habilidad para ajustarse a las reglas de manifestación simulando una emoción positiva que uno no siente.

-la comprensión de las causas, consecuencias y señales conductuales de la emoción mejora en precisión y complejidad

-a medida que se desarrolla el lenguaje, la respuesta empática es más reflexiva.

7-11 años

-las emociones autoconscientes se integran con las normas internas de lo que es una acción correcta

-las estrategias para participar en la autorregulación emocional aumentan en variedad, llegando a ser más cognitivas y se ajustan a la demanda de la situación

-mejora la conformidad y la conciencia consciente de las reglas de manifestación emocional.

-aparece la habilidad para considerar múltiples fuentes de información cuando explican las emociones de otros

-surge la conciencia de que las personas pueden experimentar más de una emoción al mismo tiempo

-la empatía aumenta, a medida que mejora la comprensión emocional.

 

A medida que se produce el desarrollo emocional según el ritmo de cada niño, conjuntamente con la interacción del ambiente, se observan diferencias individuales estables en la calidad e intensidad de la reacción emocional (Goldsmith, 1997) Las mismas se denominan temperamento. Según Thomas y Chess (1970) se visualizan 9 dimensiones que lo componen:nivel de actividad, ritmo, distracción,  acercamiento/retirada, adaptabilidad, duración de la atención y persistencia,  intensidad de la reacción, umbral de respuesta y calidad del ánimo.

Al agrupar ciertas características se definen tres tipos de niños:

  • El niño fácil, adaptable, alegre; incorpora rápidamente rutinas
  • El niño difícil, presenta rutinas irregulares, reacciona negativamente, le cuesta aceptar experiencias nuevas.
  • El niño lento para animarse, es inactivo, de reacciones leves, de ánimo negativo y se ajusta lentamente ante lo nuevo. Berk (1999)

Se puede observar hasta aquí que las emociones son la base de determinantes modelos cognitivos y que las mismas demuestran una relación con el funcionamiento cognitivo y social. Según las investigaciones recientes de Ramos Martin y colaboradores (2009) el desarrollo de la autorregulación emocional se ve comprometido por dos factores de importancia: el temperamento del niño por un lado y el adulto cuidador por el otro. Debido a ello se reconoce relevante el rol paterno como el del educador. Ambos son modelos de interacción interpersonal y proveedores de contextos sociales reguladores para la competencia social y el desarrollo emocional.

Finalmente es posible determinar a través de las investigaciones anteriormente citadas que el temperamento influye en el desarrollo cognitivo tanto como en la conducta social y que además cuando el ambiente es favorecedor, es decir, cuando se puede atender al estilo de respuesta del niño propiciando acciones adaptativas a la demanda del ambiente, se influye positivamente sobre su desarrollo. Thomas y Chess (1977) propusieron un modelo para propiciar un ambiente óptimo al cual lo llamaron Modelo de Bondad de Ajuste. Para crear un Buen Ajuste todo adulto debe crear un clima que reconozca el temperamento del niño y en función de ello proporcionarle estrategias que le permitan a éste tener respuestas adaptativas ajustadas. Por el contrario, si el ajuste no es bueno propenderá a un mal ajuste psicológico y a un desarrollo deficiente, que redundará en un bajo rendimiento académico, bajo nivel de interacción social y bajo nivel adaptativo.

                                                                                                         

Lic. Nora Centurión

Psicopedagoga  

Evaluadora en Equipo Aprendizaje ABA

 

¡Nos leemos la próxima!

Interesante artículo de nuestra especialista en evaluación, Lic. Nora Centurión. Imperdible!!!

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